Tienes razón,
Tú no eres más
Que un pedazo caduco de mi vida
Que habría de dejar en el camino
Para alcanzar a salir de la ciénaga
De mis latidos muertos;
Nada importa dejar la voz o un ala
Prendidas con la sangre a los espinos,
No es un precio tan alto
Por seguir adelante,
Por reptar
En este desmembrarse lentamente,
En este dejarse sueños y piel
Entre relojes sin savia y vacíos;
Al cabo la vida no es más que lepra
Una lepra
Sutil y silenciosa
Que nos va descarnando hasta dejar
Desnuda el alma
Frente a las dentelladas amarillas
Del vasto sin mañana.
Tienes razón
Debería arrancarte sin dudarlo
Del libro de las horas nunca escritas,
Queda mucha eternidad por delante
Para el sintiempo,
Para las tinieblas,
Para el veneno de la desmemoria.
Tienes razón,
Debería arrancarte igual que tú
Me has arrancado
Mordiendo a uñas y dientes tus anhelos;
Y ahí sigues,
Gobernando tus huellas.
Tienes razón,
Me lo dice mi sangre a voz en grito,
Al sentir tan crecidas tus raíces
Quebrándome sin tregua en mil pedazos
El corazón.
Rafa, es una preciosidad lo que has escrito. Me la hago mía porque es expresiva. Porque define el salir adelante aunque sea con unas alas rotas.
ResponderEliminarNo importa de la forma que salgas, lo importante es salir de una ciénaga que no te deja caminar.
Siempre me han gustado tus poesías pero en este caso tengo que decir: ¡Tocada!
Miles de besos.
Profundo como siempre, todos los pedazos cuentan, los mil pedazos nos hacen grandes y sobretodo fuerte. Como tu me dijiste un día "cuano se rompe un ladrillo comienza a fraguarse la ruina" y tienes toda la razón.
ResponderEliminarUn beso
Pues si el lugar en el que habita es el corazón, Poeta, no conseguirás desalojarla nunca, a menos que sus raices engrosándose terminen por reventarlo, entonces después...¿será el vacío ?
ResponderEliminarEn esta otra orilla, van prendiéndose unas raíces que, enhebrándose, están formando parte ya del rojo latido
Muchas olas desde Eea
"debería..."
ResponderEliminarEscribir es una forma de convertir el "debería" en un "ya está hecho".
Ojalá que el deber no sea eterno.
Saludos.-
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar
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