Me revuelve el insomnio la esperanza
-Ese añejo esqueleto
Sin fuerzas apenas para sufrirme-
Y todo desnudo salgo al balcón
A contemplar la noche.
¡Está tan clara! ¡Es tanta la Luna!,
Que se me antoja un valido del Sol
Devorando la luz de las estrellas.
Y, entonces, no puedo evitar
Dirigir mi mirada hacia el Oriente
Y preguntarme henchido de Nostalgia
Si igual allí, junto a los muros rojos,
Mudos testigos del último abrazo,
También se alzó la Luna.
Posiblemente , Rafa, porque la luna sí que sabe, ella ignora la existencia de todos los muros que alzamos aquí abajo.
ResponderEliminarUn abrazote, niño mío y métete dentro, anda, criaturita, que así en "pelotita picada" no se pué salir a contemplar las estrellas, niño.
Besos, muchos
Sí, sí, que además hace un frío que pela. Y yo con estos pelos, huy! se me va el santo al cielo, quiero decir con este catarro.
ResponderEliminarUn beso.
Como siempre, genial...
ResponderEliminaren breves palabras toda la magia.
Un abrazo.
Hermoso poema, muy logrado. Siento predilección por el verso libre, quizás porque sus imágenes son más profundas al carecer de rimas y otros
ResponderEliminarartilugios poéticos.
¿Supongo que eso fue en verano,no? Porque por estos fechas hay que tener valor....jejejeje
Abrazos