Ya que se ha eternizado
La oscura tiranía del silencio,
¿Por qué no consumas la tentativa
De escribirme un poema?
No es tan difícil, sólo
Has de dejar flüir tus sentimientos
Sin el quedo remanso de las máscaras.
Así podré saber,
Sin bruma en la gramática ni ortográficas sombras,
La verdad del abismo que se hospeda en mi sangre.
Con la fuerza de un verso,
Sobre el alma que gime en carne viva,
Decreta, sin metáforas, el fallo inapelable que sentencie:
¡Muérete para siempre!
Y aligera mis pasos sin aliento
Por el vacuo corredor de la muerte
Sin otorgarme falsas esperanzas
De una amnistía que nunca podrá
Ser concedida a tiempo,
O tus lágrimas frías al pie de mi cadalso.
Te viertes desde la piel a la entraña en cada verso, eso le da una misteriosa fuerza a cada palabra.
ResponderEliminarUN abrazo
Sandra
Un universo desgarrado, desafiante como un duelo en el romanticismo.
ResponderEliminarLos ojos vuelven hacia atrás, las manos vibran delante.
Un saludo
Conmovedor. Exacto. Castilla Center.
ResponderEliminarCuando se está enamorado, cuando se ama desde lo hondo, los versos manan desde el corazón hasta la boca, desde la boca hasta los dedos...
ResponderEliminarUn abrazo