Me penetró tu aroma
Y se me hizo... más que imprescindible.
Me penetró; no es ninguna metáfora
Ni un modo poético de expresar
La fuerza implacable de un sentimiento;
O eso... sí, pero, también, algo más,
Un algo de naturaleza física
Que, flotando en el aire con tu aliento,
Se metió en lo más hondo de mi sangre
Haciéndose para siempre esencial
En la conservación del equilibrio.
Y ahora que tu aroma se ha extinguido,
O, lo que es lo mismo, me falta el aire,
Vago inestable en un mundo vacío,
Carente
---------------- de fragancias.
Fotografía: Trevor Brady.
Sí que es verdad. El perfume de una persona que queremos se nos introduce de tal forma en nuestro ser que cuando la evocas no puedes prescindir de ese aroma al que ya se ha unido para siempre.
ResponderEliminarUn beso, Rafa.
qué indefensos estamos los humanos ante los olores, va en serio eh!
ResponderEliminarUn beso.
la esencia imprescindible y necesaria para ser y estar.
ResponderEliminarun abrazo!