La vida te da sorpresas…
Rubén Blades
Nunca hacía el amor. Se planteaba el sexo como una cruenta batalla en la que no se podía permitir no salir victorioso, una estrategia por la cual hacer evidente su poder de dominación. La noche anterior, no le cabía la menor duda, había triunfado, aunque pensaba que lo mejor estaba aún por llegar, justo en ese momento en el que, premeditadamente tarde, entraría en el salón de juntas haciendo ostentación del preciado botín alcanzado, otra herramienta más con la que poder continuar hiriendo, con la que poder seguir haciendo su guerra con ventaja.
Nada más entrar, cuando el Presidente del Consejo de Administración clavó su mirada en aquella corbata exclusiva que su esposa le había regalado por su nombramiento, se sintió triunfante. No obstante, con la reunión ya bastante avanzada, no pudo evitar ciertas dudas. ¿Por qué un hombre al que había robado la corbata del armario de su habitación de matrimonio no había perdido ni por un solo momento la sonrisa y el buen humor? Debe ser que es más duro de lo que yo creía y no ha encajado tan mal el golpe –pensó, dando por zanjada su breve inquietud.
Pero, en el mismo instante en el que todos se incorporaron al darse por levantada la sesión, toda su convicción se vino abajo, quedando completamente abatido. Con total seguridad, los pantalones que el Presidente llevaba puestos no podían ser otros que los suyos, aquellos que había recibido como regalo por su último aniversario de boda.
Demoledor como Nikita. Castilla Center
ResponderEliminardonde las dan las toman, muy bueno.
ResponderEliminarMuy bueno. Genial. Humor para una mañana, de lo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.