“Cabalgan sobre un labrador muerto. Tiene los ojos muy abiertos y algo se refleja en ellos: no es el cielo.”
Rainer Maria Rilke.
Tú,
Mi huésped,
Tan dentro de mí, devorándome,
Helando, aniquilando la simbiosis.
Tú que no me abandonas ni un instante;
Tú que estás, sí, que estás y estás y estás,
Parasitando la fe de mi sangre,
Cuando nunca jamás acudiste a la cita
Que nos reservaba el destino.
Tú, mírame a los ojos.
Fotografía: Stefan Gesell
A los parásitos, ya sean de soledad, de muerte o de sentimientos, se les elimina con jarabe... a veces de palo.
ResponderEliminarBesos
Hola primo.
ResponderEliminarSimbiosis.
Parasitosis.
Halitosis.
Cirrosis.
Citado destino,
aniquilado,
abandonado,
helado...
Huésped devorador,
parasitador,
para citador,
para, citador...
Sangre fiel
que espera
y no espera
el abandono.
Se llenan los ojos:
reflejos de abandono,
de nada y de todo;
instante
de sangre.
Abrazo destinado.