Si un día me llamases,
Por volver apresurado a tu lado
Todo lo dejaría.
Horas muertas y rutas migratorias,
Toda esta nada que te pertenece
Y el nido azul que a su bruma me enclaustra,
Por volver apresurado a tu boca,
Aunque por siempre me siguiese esquiva,
Dejaría de lado.
Dejaría los amores marchitos,
La flor y la simiente, el techo que me arropa
Y hasta la sangre que corre en mis venas
Como arroyadas muertas.
Dejaría también esta tristeza
Y el sabor a mordazas que me embarga,
Mi entraña devorando.
Y si hubiese de abrir mi propia tumba
Por que tú me lo pidieses,
Todo lo dejaría,
Y con uñas y dientes
Cavaría en la tierra
La paz para tu vida.
Ya ves, ya no me queda
Nada que tenga algún valor apenas,
Mas todo lo dejaría de lado
Por volver a morir junto a tu boca.
Morir junto a tu boca que muerte más dulce decía un bolero. Animo, también se puede vivir junto a esa boca
ResponderEliminarRafa, amigo mío, te vas a quedar vacío de tanto derramarte en versos. Un poema sencillamente visceral y arrebatador.
ResponderEliminarEres mi idolo macho.