Sumirse en la tiniebla, evanescente,
Fulgiendo en un latido, incandescente,
Como relámpago azul. Soy la cera
Que, sin llama, en la vela se oscurece,
Mordida entre sombras. Ya no merece
La pena desconvocar al lamento
Que traté de exiliar con arduo empeño
-Soy la crisálida de un dulce sueño
Mudada en pesadillas de tormento-.
Soy desengaño, quimera, esperpento,
Autófaga bestia de álgido ceño
Que el ansia de mis fauces no domeño
Y el alma me devoro, cauce hambriento.
Soy un yermo sediento
Que embosca sus arroyos cuando llueve
Por miedo a que la lluvia acabe en nieve.
Soy todo eso
ResponderEliminarDesconsolado escribo mi suerte
Soy un poeta que canta la muerte
de un día que aciago,
vestido de noche,
Hirió despiadado
Mi sueño
Mi norte...
(me ha salido así este comentario, y te lo escribo..)
Un besazo.
Pues te ha salido un poema, aunque triste precioso. Gracias.
ResponderEliminarOtro beso para ti.