Desconozco el origen de este don misterioso
Para urdir la palabra,
Hilo oscuro que labra,
Sobre el telar de un recuerdo espantoso,
Luminosos poemas, bello canto.
Desconozco, por tanto,
Si el germen que lo inspira
Es la luz de una musa o de un dios que me mira
Piadoso. Cuanto tiempo me dará compañía,
Aliviando en su aliento
La angustia que en mitad del pecho siento,
No lo sé. Pero de noche y de día,
En plegaria encendida,
Ruego siga este don que me amarra a la vida.
Y yo te deso que lo conserves toda la vida, don magico que hay que trabajarlo de forma diaria, merecerlo en sufrimiento como mujer paridora...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Seguirá.
ResponderEliminarMuy hermoso.
Besos Rafa. :)
Ay, Rafa, en esa plegaria estamos todos los que, misteriosamente, escribimos.
ResponderEliminarMe apunto a este ruego y lo hago mío, pues también a mí, me ata a la vida...
Abrazos
buen blog me gusto
ResponderEliminarmucho
saludos
desde mi rincon
aDIOS
Se nota ese amarre, Rafa. Y lo mismo "para un roto que para un descosido" (no literal, eh !!!). Poemas, relatos, artículos... Me pido ese dios con "d" minúscula de inspiraciones mayúsculas.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por vuestros vuenos deseos, por vuestros ánimos y vuestros piropos, prometeo, mamen, trini, matías, viento. A vosotros también os asiste ese don.
ResponderEliminarBienvenido, Matías.
Abrazos.
¡Coño! mira que colarse un "vueno". Bueno, bueno, bueno...
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