Desde que comenzó a tener uso de razón –no queráis saber porqué, pero eso fue algo que sucedió ya casi en el otoño-, quiso entrar, de algún modo, a formar parte de la leyenda; no una leyenda épica y estridente, sino una leyenda íntima y armoniosa como el poema que se escribe en un árbol que sólo habitan dos náufragos. Pero al fin, aquella noche de invierno, comprendió que se había quedado sin tiempo para vivir su locura. Así que puso a sonar la voz de Loreena Mckennitt, la misma canción repetida hasta trece veces en el mismo CD, y se fue a dormir. “...Dreaming, I was only dreaming, I wake and I find you asleep in the deep of my heart, here...”
Hola Rafa.
ResponderEliminar"...como el poema que se escribe en un árbol que sólo habitan dos náufragos."
Impresionante. Como la música de Loreena. A mí también me gusta.
Abrazo dormido.
Esta historia no me es desconocida
ResponderEliminarY Loreena (creí que sólo tenía una e) también me encanta...
Besos.
Bueno no sé ya que pensar con esta cantante.
ResponderEliminarPues resulta que la escuche hará cuestión de unos meses como fondo en un blog. Creo recordar que era de: Calle QUIMERA.
Pues como me gustó tanto, pues he estado buscando su música. Pero aquí no queda todo, resulta que raro el día en que no me encuentro algo nuevo de ella. En muchos blogs. que visito.
Bueno, el colmo de rizar el rizo, es que escojo una música ,(música celta, fue la que escogí)para mi spce y resulta que es una radio, me quedo sorprendida que tambien ella se encuentra allí.
¿Casualidades?, pues no lo sé. Pero me gusta que me persigan estas casualidades.
SAludos