lunes, 3 de septiembre de 2007

Así como a Lázaro

Vegetal petrificado

Perdido lo tengo

Todo, amor;


Las estelas a tu cielo,

La singladura a otros puertos,

Y del verbo el vuelo blanco.


Ya solo soy mármol frío,

Al cieno, mi amor, atado,

Que, entre las malvas sumido,

Ha por mortaja un quejido

Quedo, silente y cansado.


Ven del celeste dormido,

Sin demora ven, mi amor,

Para inventarme un milagro.

3 comentarios:

  1. Cuando todo muere dentro nuestro, solamente nos queda aguardar un milagro.

    Un beso

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  2. Lo de Lázaro no fue milagro sino catalepsia. Pasa lo mismo con ciertos sentimientos: adormecen latentes, como el magma tembloroso que asoma al cráter, con disimulo, pero lleno de brasas.
    Macedonia de frutas con chorrito de Cointreau y moscatel de Chiclana.

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  3. Sí, dashina, aunque los milagros no vienen solos. Hay que buscarlos. Lo que pasa es que, a veces, perdemos la brújula.

    Kai, estoy convencido de ello. Pero, cuando sucede ese despertar, si es que lo hace, bueno es darle una oportunidad a la creencia en ciertos milagros.

    Abrazos.

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