lunes, 6 de agosto de 2007

La confesión



T
ras conocerse su suicidio, alguien llamó, anónimo y triste, inculpándose del crimen.


21 de septiembre de 2006


2 comentarios:

  1. un intento de suicidio es un delito? o es una ofensa?

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  2. Pues, bueno, siendo totalmente lego en la materia, pienso que la valoración que se pueda hacer del suicidio, aún siendo la respuesta –equivocada o no, ¿quién lo sabe?- a una serie de procesos psicoemocionales internos no exentos de matices sociológicos, responde sobre todo a modelos socioculturales. Así, ha habido sociedades en los que, al ser considerado un acto poco menos que diabólico, el suicida era enterrado con una estaca clavada en el corazón, como si fuese un vampiro. En otra se ha considerado un delito que era castigado con la cárcel e incluso hubo en España una época en la que el suicida frustrado era condenado a muerte (esto es tremendamente paradójico si se le da la interpretación de que se castigaba ¿premiando? Al “delincuente”). En ancestrales culturas nórdicas, el suicidio era considerado, tras la muerte en el campo de batalla, como la más honrosa, para evitar los achaques de la vejez y, probablemente la carga que suponía la decrepitud para la tribu. Algo parecido sucedía también con las tribus de pieles rojas en Norteamérica. También en otros tiempos y en lugares como, por ejemplo Atenas, las autoridades sufragaban sufragaban del herario público el veneno a aquellos que lograban demostrar motivadamente y con persuasión que deseaban poner fin a su vida. Así que el suicidio bien -o mal- podría ser considerado también como una ofensa o, por qué no, como un acto defensivo. ¿Tiene la eutanasia algún tipo de parentesco con el suicidio? Si nos atrevemos a afirmar que sí, es suicidio sería en este caso un acto de piedad y amor propio, destinado a evitar un sufrimiento insoportable. Y ¿no hay dolores morales tan insoportables como el físico? En fin, un tema muy complejo, como la propia mente de las personas y de las sociedades, al que, con cada respuesta, surgen nuevos interrogantes.

    Un abrazo.

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