De un dulce néctar de invierno
Dame a morder la manzana
Como si fuese pecado.
Luego pregunta al espejo:
Quién me amó / Quién me ama
Quién de mí murió olvidado
Sin la esperanza de un beso,
Sin Edén y sin mañana,
Para siempre / desterrado.
Te responderá el silencio
Que un alma en pena se apaga
En su lecho acristalado.
Cristalino tu verso, poeta,
ResponderEliminardulce y triste
Ese espejo que nos refleja, no va a devolvernos la respuesta a nuestros anhelos; por eso, hay que seguir mirándose a los ojos, siempre, con incertidumbre, desasosiego, con esperanza.
Besos
Gracias, Milena. Creo que ya lo he dicho por aquí en otra ocasión, no son las certezas, son las dudas las que nos salvan. Besos.
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