La alimaña merodea las estancias
Vomitando sin descanso flamanieve.
Muy pronto habré de saltar, oh voz sin alas,
Se acumula la dolor en mi costado
Y la cal me va enturbiando la mirada.
(Ya no le canto a las lilas,
Son sus pétalos helados
Duelo, cicatriz y espina.)
¿Cuánta cellisca preciso
Para adormecer el alma?
¿Cuánta arritmia? ¿Cuántos siglos?
La sangre fluye violenta
Desde las heridas malva,
Se reseca como grieta
En la lengua amordazada.
¿Cuánto sufriré el dolor
Que devora mi costado
Hecho de sal y de arañas?
(Ya presiento el sinsabor
De gruñidos acerados
Penetrándome la entraña.)
¡Cuánta fiebre / bajo cero / me atenaza!
¡Qué convulsión, cuán nauseabundo el silencio!
Oh dulce flor ya sin nombre, dulce aroma
Di por qué / por qué me has abandonado:
Tiene dispuestas sus garras / la alimaña.
Mira a ver si ese dolor de costado no son gases, que en casa de Paco se come mucho, :P
ResponderEliminarP.D. ¿De dónde sacas tiempo para escribir tanto?Me cuesta seguir tus posts, :)
Je, je, tendré que comprobarlo. Ahora vuelvo, que me llego en un salto a la farmacia a comprar una caja de aerored.
ResponderEliminarBueno, tampoco escribo tanto. Hace tiempo leí algo sobre un tipo que llevaba escritas más de 10.000 novelas. No veo la tele, duermo poco y suelo ser rápido. Además, ahora estoy de vacaciones -ya por poco tiempo-. Y cuando trabajo, casi tres horas diarias en la carretera dan para mucho. Nooooooo, no escribo al volante, pero se me ocurren muchas cosas. En muchas ocasiones, voy y voy dándole vueltas a algo y cuando llego, en cuatro o cinco minutos... ya está!
Abrazos.