Entrar dejando fuera el amor, los deseos, la esperanza..., es entrar para que el zaguan se convierta en la ante sala de la más claudicante y consentida de las insatisfacciones, pero, es cierto, querido Rafa, que en ocasiones es la única opción para no pasar frio. Sangre con tomate y gazpacho.
No sé por dónde empezar, Rafa, y tampoco qué decir ante tanta belleza. LLevo un buen rato leyendo tus últimos poemas y me siento como en aquel jardín del gigante, como una niña entusiamada por cada flor que convierte en rosa. Gracias por regalarnos tantos tesoros. Un beso
Al menos el zaguán no está a la intemperie y además está más cerca de la persona, aunque no se entre pero casi se le huele ya. Muy intimista , me gusta, un beso.
Entrar dejando fuera el amor, los deseos, la esperanza..., es entrar para que el zaguan se convierta en la ante sala de la más claudicante y consentida de las insatisfacciones, pero, es cierto, querido Rafa, que en ocasiones es la única opción para no pasar frio.
ResponderEliminarSangre con tomate y gazpacho.
No sé por dónde empezar, Rafa, y tampoco qué decir ante tanta belleza. LLevo un buen rato leyendo tus últimos poemas y me siento como en aquel jardín del gigante, como una niña entusiamada por cada flor que convierte en rosa.
ResponderEliminarGracias por regalarnos tantos tesoros.
Un beso
Al menos el zaguán no está a la intemperie y además está más cerca de la persona, aunque no se entre pero casi se le huele ya. Muy intimista , me gusta, un beso.
ResponderEliminarGracias por tus consejos y tu colaboración.
Gracias Kai, Victoria (me alegra verte de nuevo por aquí, amiga), leuma.
ResponderEliminarAbrazos.