(Ocaso y ensueño de un arrabal de Triana)
Justo frente a tu balcón
En el muro de las náuseas
Y el caballo que cabalga
Sobre plata no de ley
Pensé escribirte “te quiero”
Con el pronombre en inglés
Y el signo de un corazón.
(Menos mal que vino un perro
A orinarme en los zapatos
Recordándome aguaceros).
Quedó grabada en el suelo
Una mácula encarnada
Derramada en un latido
Por la lata de pintura
Que reventó de ladridos
Para mezclarse al orín.
(Sigue el muro, rojo sangre
Inmaculado al pecado
De un espejismo en la sombra
Que se quebró en la ventana).
Diecinueve de noviembre de 2006.
Con algunos poemas, me dejas tarambana.
ResponderEliminarABRAZOS, RAFA.
No hay nada como un perro para devolvernos a la realidad, :), un beso
ResponderEliminarEstá bien que le dediques algún poema a tu tercera o cuarta patria, la de la habitación estrecha de las siestas y noches sevillanas. Con estos versos el Príncipe de los Gatos "Junior" podría hacer un lindo rap trianero
ResponderEliminarPaco, creo que es de lo mejor que me han dicho de un poema mío. Éste, además, es de los que me gustan, que no son muchos.
ResponderEliminarLeuma, ni para mearnos los zapatos, jajajaja.
Carlos, tú sabes bien que, en mi corazón, mi primera patria, aunque adoptiva, siempre será Triana.
Abrazos.