A Octavio
Ante la inmensa y maloliente podredumbre que, a la vista o escondida bajo las alfombras palaciegas, anega el mundo, muchos no sienten la nausea, algunos la refrenan, y sólo unos pocos dejan fluir el vómito. De estos últimos surge el material con el que se labra el futuro.
Ante la inmensa y maloliente podredumbre que, a la vista o escondida bajo las alfombras palaciegas, anega el mundo, muchos no sienten la nausea, algunos la refrenan, y sólo unos pocos dejan fluir el vómito. De estos últimos surge el material con el que se labra el futuro.
Muchas revoluciones quedaron pendientes porque no hubo suficientes vómitos. Lo triste no es el que no siente nauseas, si no el que refrena el vómito
ResponderEliminarNunca los tibios construirán un mundo mejor. Y el mundo está apestado de tibios.
ResponderEliminarPerfiero a los malos, que sé por donde vienen, que a los regulares que ya no vienen ni del Tercio.
Un abrazo.
Octavio.