Con la esperanza quebrada
Me estoy quedando en los versos
-Duro marfil amarillo
De un desolado pretérito-.
Y el rescoldo del ocaso
De cenizas va cubriendo,
En la sed de la simiente,
El futuro de mi aliento.
Sin el ritmo de las horas
Me voy quedando sin tiempo
-Tránsito, sin peso, breve
En la oquedad de lo eterno-.
Y, de mármol, las estrofas
Van poblando de silencio,
Con su sangre de amapolas,
Los murallones del huerto.
Precioso, aunque no me guste que te quedes en los versos. Ya sé, ya sé, que todo es metafórico ... que puede referirse a ... ,o a ... y también a ...
ResponderEliminarBuen día PAQUITA
Te envié un correo en que te dije que no recibí el tuyo.
me ha gustado mucho, Rafa, pero la vida es mucho más que la poesía. Aunque hay días que sólo me apetece escribir poesía o leerla y olvidarme de lo demás... entonces yo también me tengo que decir: eh tú frena, la vida es más que poesía.
ResponderEliminarUn beso.
Este es inmenso como los murallones, no me extraña que las horas no tengan ritmo, se lo quedó el poema.
ResponderEliminarAbrazos.
Mamen.
Muchas gracias, me alegra que os haya gustado. Y sí, la vida es mucho más que poesía, pero, sin poesía, es... tan gris.
ResponderEliminarAbrazos.
Un bello poema. Metafórico y precioso. ¿Y por qué no vas a quedarte en los versos? es como quedarse a puros huesos pero más orondo. Como un corredor de fondo que llevara en su dorsal una leyenda que dijera: ¿no hay camino? carretera.
ResponderEliminarsalud. Me ha alegrado haber paseado por tus versos.