martes, 10 de abril de 2007

Las grandes esperanzas (un poema de Jaime Gil de Biedma)

. . ............................... . . . . . . . . . . . . Le mort saisit le vif

Las grandes esperanzas están todas
puestas sobre vosotros,
. . . . . . ................. .. . así dicen
los señores solemnes, y también:
. . . . . . . . ........................ . . . . Tomad.
Aquí la escuela y la despensa, sois mayores,
libres de disponer
. ........... . .. . . . sin imprudentes
romanticismos, por supuesto.
La verdad, que debierais estar agradecidos.
Pero ya veis, nos bastan las grandes esperanzas
y todas están puestas en vosotros.

Cada mañana vengo,
cada mañana vengo para ver
lo que ayer no existía
cómo en el Nombre del Padre se ha dispuesto,
y cómo cada fecha libre fue entregada,
dada en aval, suscrita por
los padres nuestros
. . . . . . ............ . . de cada día.

Cada mañana vengo para ver
que todo está servido (me saludan,
al entrar, levantando un momento los ojos)
Y cada mañana me pregunto,
cada mañana me pregunto cuántos somos
nosotros, y de quién venimos,
y qué precio pagamos por esa confianza.

O quizá
no venimos tampoco para eso.
La cuestión se reduce a estar vivo un instante,
aunque sea un instante no más,
. . . . . . . . . . ..................... . . .a estar vivo
justo en ese minuto
cuando nos escapamos
al mejor de los mundos imposibles.
En donde nada importa,
nada absolutamente –ni siquiera
las grandes esperanzas que están puestas
todas sobre nosotros, todas,
. . . . . . .................... . . . . .y así pesan.

Jaime Gil de Biedma.

12 comentarios:

  1. ...cuando nos escapamos al mejor de los mundos imposibles...

    Yo creo que eso sólo lo consigo escribiendo, o soñando que a veces es lo mismo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. La cuestión se reduce a estar vivo un instante,
    aunque sea un instante no más,. . . a estar vivo.(...)
    ¡Cuanto pueden machacar las esperanzas de los demás! puestas sobre los hombros, como si de galardones se tratara.
    Es un error, un tremendo error dejarse esclavizar por estos, ya sean familia, ya sean otros.
    Marcar el territorio es duro, pero más duro es tenerlo invadido por siempre.
    Besos, muchos besos. PAQUITA

    ResponderEliminar
  3. Loa apegos no traen nada bueno...

    Antigua meditacion taoista:

    Cierro los ojos
    y veo con claridad...

    Dejo de intentar escuchar
    y oigo la verdad...

    Estoy callado
    y mi corazón canta...

    No busco contacto
    y encuentro unión...

    Estoy quieto
    y voy hacia delante...

    Soy afable
    y no necesito fuerza...

    Soy humilde
    y me mantengo íntegro...

    Tu Mar

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué bonita la meditación taoista de Mar!
    Estar bien ... con uno mismo. PAQUITA

    ResponderEliminar
  5. Mar:

    ¿Cómo conseguimos "no apegarnos"?
    esa es mi gran "¿debilidad?"

    Me adhiero a lo que quiero y a las personas que empiezo a amar.
    Tengo que hacer continuos esfuerzos por conseguir que el dolor de las ausencias no me roben el diario aire que necesito para respirar y ...¡cómo duele!

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Milena cielo, veras, te explico: "Hay caminos para llevarte a un mismo fin"; el apego surge de no tener seguridad sobre lo que sientes, por tanto surgen "grietas" que enmascaramos, las rellenamos de conjeturas posesivas.

    Por ejemplo, un hijo, todo el mundo que tenga hijos sabe a que me refiero con esa inseguridad, sobretdo afectiva, un@ no sabe si lo quiere lo bastante ni le da lo sificiente, pues queremos que tenga todo lo que sabemos que hace falta y nos falto como hijos, intrinsecamente no contamos con que ellos son entes diferentes y evolucionan de otro modo distinto a ti. Ahí es donde surge un apego, donde tu inseguridad intenta taparse con lo que consideras necesario.

    Para amar y no solo en sentido de pareja, hay que saber soltar y respetar la individualidad.

    No se si me he explicado o te liado mas jajajajaja

    Besos de Mar

    ResponderEliminar
  7. lo de "Xacto" es porque se ha explicado o por si se ha liado o por lo que expresa en lo que precede ?

    Milena

    ResponderEliminar
  8. Si es que soy una incordiona...¡que voy a "hasele" dijo...
    lo de "Xacto" es porque se ha explicado o por si se ha liado o por lo que expresa en lo que precede ?

    Milena

    Rezpuezta:Xacto a lo primero, xacto a lo último e inexasto a lo dermedio.¡Mira que te gusta enredal´la!
    Muchos besos. PAQUITA

    ResponderEliminar
  9. Jo, yo sí que estoy un poco "inesacto", medio "perdío", to "enredao". Y los apegos, Mar... bueno, pueden ser malos o pueden ser buenos, o unas veces malos y otras buenos, que lo maniqueo, por pobre, nunca es del todo cierto.

    Besos taoístas.

    ResponderEliminar
  10. Estoy contigo, MAR, en que, en muchas ocasiones, "el apego surge de no tener seguridad sobre lo que sientes"

    En mi caso, no obstante, el apego al que me refiero, es la seguridad de querer estar junto a lo que se siente.

    Hay momentos a los que quiero apegarme, adherirme bien a ellos, por su intensidad, por lo que han representado o pueden representar para mí, de eso que aprietas los ojos y dices: ¡que no se pase, que no se termine este momento, que se detenga el tiempo aquí...!
    y personas a las que me pego como una lapita, si me dejan, claro está, respetando su independencia y libertad, pero personas que son tanto, tanto para mí, que celebro su existencia, que me apego, que su calorcito es muy rico...
    y cuando encontramos personas así, es tan difícil no apegarse....poner límites, aceptar los convencionalismos, y asumir que no podemos “apegarnos” a ellas, es, para mí, muy doloroso, porque soy muy tontorrona y me encariño montón.....

    Pero toy tonta? Ahora hablando de estas cosas....¡ bueno, salió así!
    Un besote

    PAQUITA tu “ rezpuezta” me sacó de mi incertidumbre, gracias, chata

    RAFA: los apegos “enredan” un montón pero los nudos de amistad que forman, ¡bien merecen la pena!

    ResponderEliminar
  11. Milena, sin duda, el apego puede ser un bálsamo, pero también un veneno. Todo depende de las dosis, de la dependencia que puedan crearnos, del grado que alcancemos en el síndrome de abstinencia -cuando nos falta-...

    En fin, en cualquier caso, estoy de acuerdo contigo en que merecen la pena (o la alegría).

    Besos

    ResponderEliminar