miércoles, 13 de abril de 2016

Antípodas

Tártaros olvidados
habitados por ángeles
abatidos, jodidos,
rejodidos: los nadie
sin futuro ni nombre,
que sólo son un número
sin haber en las listas
del hambre y la miseria;

y paraísos fiscales,
morada de demonios:

cara sin rostro, y cruz
de calvario y expolio,
de la misma herejía.

Dónde Uriel con su espada
de fuego, o con su látígo,
aquel bravo insurgente
que, para hacer justicia,
expulsó, sin reparos,
a los diablos del templo.
Dónde demonios, dónde,

1 comentario:

Carlos dijo...

El Papa debiera prohibir que nombrasen como "paraíso" estos nidos de malhechores